En la casa de Don Bejarano, todos corrian horrorizados, del escandalo de su esposa Isabel , y el, quedando atonito y fatigado de las correrias , se planto delante de Trinidad que observaba impavida y al ver que Isabel recobraba la razon , se retiro silenciosamente, sabiendo que ella y Don Bejarano , habian sido la causa de semejante trance.La noticia correra por las calles y el inculpado salio buscando en quien descargarse con su recia mano y repitiendo una y otra vez, - ahora sabran quien manda aqui...
Demaciado tarde para el pobre esclavo Lorenzo, porque ni una queja solto a tantos latigazos.
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